Fray Hernán Benítez Corbalán realiza su profesión solemne en la Orden de Predicadores
9 de julio de 2025
La tarde del domingo 6 de julio de 2025 fue testigo de la profesión solemne de fray Hernán Benítez Corbalán. El salón de la parroquia de San Felipe y Santiago, en la ciudad de Asunción, estaba completamente lleno de familiares, amigos, feligreses de las parroquias de San Felipe, Santa Cruz y San Roque González, religiosos de distintas congregaciones y miembros de la Familia Dominicana del Paraguay. Junto a la comunidad de Santo Domingo Ray’kuera y hermanos llegados desde la Santísima Trinidad de Montevideo (Uruguay), concelebramos la eucaristía con gran alegría.
En la homilía, el vicario provincial, fray Leoncio Vallejo, destacó la coincidencia entre el Evangelio del día —el envío de los 72 discípulos— y la vocación que Domingo quiso para sí y para sus hijos: una respuesta de Dios en medio de un mundo necesitado de paz profunda. Ese estilo de vida es el que ha querido asumir para siempre fray Hernán. Al pedir misericordia, sus hermanos se la ofrecieron, y al mismo tiempo, le pidieron la suya, para formar juntos un ámbito de misericordia capaz de llegar a otros.
La emisión de la profesión fue un momento cargado de emoción. Fray Hernán colocó sus manos, símbolo de su vida entera, en las del vicario provincial, gesto que expresa su entrega radical en manos de Dios. Así daba respuesta definitiva a la llamada recibida en el bautismo, madurada durante años de discernimiento, alegrías y pruebas, acompañado siempre por la misericordia del Señor, que, como dice san Pablo, “se fió de mí y me hizo capaz del Evangelio”.
Sus palabras resonaron en guaraní, su lengua natal:
“Che haʼe Fray Hernán Benítez Corbalán, ameʼẽ che ñeʼẽ ha amoañete… amano meve.”
(“Yo, fray Hernán Benítez Corbalán, hago profesión y prometo obediencia… hasta la muerte”)
Durante la presentación de ofrendas, junto al pan y el vino, sus padres llevaron símbolos significativos: un cartel del Movimiento Juvenil Cristiano, libros y materiales contra las adicciones —en referencia al acompañamiento a los jóvenes del barrio— y maquetas de la nueva urbanización del barrio Bañado Tacumbú, fruto de más de 40 años de lucha solidaria.
En la acción de gracias, jóvenes de la parroquia expresaron su gratitud a Dios y a fray Hernán por su entrega. Él mismo compartió, con emoción, su “historia de salvación”: la fe vivida en familia, los grupos parroquiales y carismáticos, sus visitas a la cárcel, el contacto con pueblos indígenas desplazados, su paso por el programa Redes vocacionales de la Familia Dominicana, el estudio de la teología encarnada, y su convivencia fraterna en comunidades de Asunción, Sevilla y Montevideo.
Finalizada la eucaristía, la comunidad compartió un refrigerio festivo, expresión de alegría y fraternidad.
Desde la comunidad de Santo Domingo Ray’kuera, damos gracias a Dios, a María y a Domingo por este momento de gracia para fray Hernán y de renovación vocacional para todos los presentes.
Fr. Francisco J. Rodríguez Fassio OP
Convento Santo Domingo Ray’kuera – Asunción, Paraguay