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Entendido

Mosaicos de fr. Juan Bernardo

Fr. Juan Bernardo García O.P.,  pintor dominico, especialista en mosaicos y vidrieras, que ha trabajado en los templos de San León Magno de Murcia y Santa Catalina de Siena de Madrid.

Cristo Esposo de la Iglesia

Cristo EsposoEs Cristo, Esposo de la Iglesia y, en ella, de la Humanidad, pues ha tomado nuestra carne haciéndola suya. Lleva los signos de su pasión. La encarnación fue el beso esponsalicio de Dios a la Humanidad en el seno de María. Cristo es el "Amen", el "sí quiero" de Dios a todo hombre. El signo de ese amor "hasta el extremo", es esa cruz que se extiende desde el centro del mosaico (donde se juntan las dos figuras). La cabeza de la Esposa se apoya junto al cuello del Esposo: el cuello es por donde pasa el aire, el aliento, signo de la vida y del Espíritu, que ella recibe: "Inclinando la cabeza entregó el Espíritu" (Jn 19,30). El la lleva hacia el lecho de la cruz, donde le mostrará su amor, inalterable como el oro. Ese lecho -con una cruz de oro- está simbolizado por el rectángulo que forma la túnica en su lado izquierdo. En él hay un pliegue en forma de medio corazón: la otra mitad es el de la Esposa. El dice: "Ven, amada mía" (Ct 2,10); y el Espíritu, desde nuestro corazón responde: "¡Ven, Señor Jesús!".

María Figura y Espejo de la Iglesia

maria-estrella-navidadCoronada de las doce estrellas del testimonio apostólico, las doce columnas sobre las que se edifica la Iglesia (y todo creyente) como templo vivo, morada del Espíritu de Dios, donde brilla la gloria de su Amor.

Ella es la que escucha, ora y concibe. Tiene los oídos abiertos a la Palabra. Sus manos expresan la oración de su «Amén - Hágase en mí». El Espíritu fecunda su ser: la paloma mira al lado izquierdo de la figura, «porque el Espíritu ha sido enviado a nuestros corazones» (Gal 4,6). La paloma ocupa todo el rectángulo de color verde de las aguas de vida. Es la piscina bautismal de la Iglesia, de cuyas aguas, por la acción del Espíritu nacemos como hijos de Dios.

Que este mismo Espíritu engendre en nosotros a Cristo. Y que esta figura sea nuestro retrato interior.

"Psallite Domino in psalterio decem chordarum"

Psallite Domino in psalterio "Tocad para el Señor el arpa de diez cuerdas" (Sal 33,2)

Interpreto este versículo como una invitación a cumplir con gozo la ley del Señor (el arpa de diez cuerdas, los diez preceptos de la alianza). Toda palabra de Dios encuentra una perfecta resonancia en María. Ella es como un salterio, un arpa en la que el Espíritu hace sonar una alabanza armoniosa. Un arpa en la cual los mandatos del Señor no están escritos ya en tablas de piedra como en la ley antigua, sino dispuestos como notas de una íntima melodía, en cuerdas pulsadas por el amor en un corazón nuevo. El vibrar de las cuerdas y el temblor del corazón se unen en un susurro misterioso, como de "gemidos inefables'.

En el mosaico, el arpa está figurada por las orlas del cuello y del manto, y las cuerdas las forman los pliegues del vestido. Al fondo, apenas bocetado, como una tenue referencia al Cantar de los Cantares, un campo azul de lirios o palmeras: María es el huerto cerrado, el jardín florido, adonde el Amado -Cristo-, ha entrado para desposarse con la Humanidad.

Que de tu corazón brote la alegría como una música de fiesta.