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En recuerdo de fray Tomás Echarte Aguinaga

3 de diciembre de 2012
En recuerdo de fray Tomás Echarte Aguinaga

Fray Tomás Echarte Aguinaga nació en Torres de Elorz (Navarra) el 7 de abril de 1917. Fue bautizado con el nombre de Epifanio. Profesó en la Orden el 7 de marzo de 1941. Entre sus formadores estuvieron fray Terencio María Huguet y fray Miguel Gelabert Sansó. Fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1948. Como fray Tomás había cursado estudios de Magisterio, tras su ordenación fue enviado al recién restaurado (en 1942) Colegio de Zaragoza. Luego estuvo destinado en el Seminario Menor de Cardedeu. Desde aproximadamente 1956 pasó unos años en el convento de San Vicente Ferrer de Manacor, como director de los niños apostólicos más pequeños, que allí residían y se preparaban para el examen de lo que entonces se conocía como “ingreso”. En efecto, en aquellos tiempos la Provincia tenía una Escuela Apostólica en Cardedeu, pero en Manacor estaban los apostólicos más pequeños. Fray Tomás tuvo durante varios años a su cargo a unos 10 a 15 niños por año. Además de atender a los apostólicos, fray Tomás Echarte colaboraba en la Iglesia coventual y enseñaba a servir en el altar a los monaguillos.

Posteriormente, fray Tomás fue enviado de nuevo al Colegio Cardenal Xavierre de Zaragoza. Allí estuvo unos pocos años, hasta que hace aproximadamente algo más de 30 años fue destinado al Convento de Santo Domingo de Torrent, en donde permaneció hasta el final de su vida, si bien es cierto que en estos últimos tres años ha estado acogido, por motivos de enfermedad, en la enfermería de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Valencia, donde ha sido atendido con toda delicadeza y donde fray Tomás tuvo ocasión de desempeñar, con enfermos y voluntarios de la residencia, su ministerio sacerdotal. Fray Tomás, en el tiempo en que estuvo en Torrent se ocupó de atender a la Sacristía y a la Iglesia conventual y ayudó en muchos trabajos de infraestructura. Por ejemplo, durante algunos años ayudó en la Secretaría de la Facultad, y se ocupó del empaquetado y envío de la revista “Escritos del Vedat”.

Pero la mayor parte de su tiempo, fray Tomás Echarte lo dedicó, con entrega, esmero y cariño, al Museo de la Provincia, fundado por fray Miguel Gelabert Sansó en Cardedeu. Cuando se cerró el convento de Cardedeu el museo se trasladó a Torrent y en los últimos treinta años ha estado fray Tomás al frente de esta importante institución provincial (hasta que tuvo que dejarlo por enfermedad). Fray Tomás trabajó con gran interés por el museo y lo enriqueció en la medida de sus posibilidades. Muchos de los cuadernos y álbumes de fotografías, con datos precisos sobre antiguos conventos nuestros, se deben a su trabajo de búsqueda e investigación. El recorrió, a pesar de su precaria salud, antiguos conventos de frailes y de monjas de clausura y buscó en distintos archivos documentación sobre esos conventos, que son parte de la historia de la Provincia.

El funeral por su eterno descanso se celebró el lunes, 3 de diciembre, a las 11 horas, en la Basílica de San Vicente Ferrer de Valencia. Asistieron algunos familiares de fray Tomás, venidos desde Navarra, seglares dominicos de Torrent, y cuatro religiosas en cuya residencia estuvo fray Tomás estos últimos años. El funeral, presidido por el Prior del Convento de Santo Domingo de Torrent, fray Vicent Grau Monrós, fue concelebrado por el Prior Provincial, fray Esteban Pérez Delgado y por frailes de todas las comunidades de Valencia y Torrent, así como por un fraile venido del Convento de Santa Catalina de Barcelona y otro venido del convento de Girona, fray Emiliano López y fray Feliciano Paredes. En total, el número de frailes alrededor del altar eran unos 30. Fray Vicent Grau en su homilía habló de la esperanza en la resurrección, destacó la entrega religiosa de fray Tomás, recordó su dedicación al museo, lo mucho que quería a la Orden y dijo que sus correrías por aquellos lugares que tenían o habían tenido alguna huella dominicana le hizo amar más a la Provincia. Tras la oración de los fieles, fray Manuel María Gómez Cacho, tuvo un sentido recuerdo en forma de oración por su connovicio.

Inmediatamente después del funeral fue enterrado en el panteón que la Provincia tiene en el Cementerio general de Valencia. ¡Descanse en paz este hombre bueno, servicial y bondadoso que era el P. Tomás!

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