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En el Real convento de Pedricadores de Valencia, se ha tenido la conferencia sobre “Santo Domingo y los modos de orar”.

28 de octubre de 2013 En el Real convento de Pedricadores de Valencia, s

Este grupo de crecimiento cristiano, desde que el P. Manolo lo fundase allá por los años 70, ha venido reuniéndose y creciendo para, como dice su fundador: “...intentar ayudarte a ser tú mismo. Para lograr una personalidad adulta, vivencial y comunicativa”. Y todo esto en el marco de la relación con el Dios cristiano, sabiendo que “lo que nos trasciende es lo que nos personaliza”. Actualmente el IPAC tiene comunidades en Alicante, Calatayud, Tabernes de la Valldigna, en la parroquia de san Alberto Magno de Valencia y en el convento de Predicadores.

A las 20 h, con la asistencia de los miembros del IPAC, y de algunos frailes de la comunidad, ha dado comienzo la conferencia en el sala “Bona Gent” del mismo convento. Fr. Ángel Luis Fariña es quien ha guiado la disertación sobre los modos de orar. Ha comenzando con una introducción donde hablaba sobre el espíritu dominicano y la oración. Concluía dicha introducción con una idea de José Fernández Moratiel: “la oración no consiste tanto en que nosotros le digamos a Dios, sino que en dejemos que Dios nos hable”. Por lo tanto, la oración se trata de un diálogo interior donde Dios toma la voz principal, para llenarnos de Él. Ha ilustrado la introducción con la famosa ilustración miniada del siglo XIV de los modos, pero en la meditación de cada uno ha hecho uso de ilustraciones de fr. Félix Hernández.

En el primer modo de orar, en el que podemos ver a santo Domingo inclinado ante la cruz, fr Ángel nos hablaba de la humildad necesaria para entrar por el camino de la oración. Ya es una vía para la oración cristiana el prácticar la humildad con los hermanos y con Dios. En el segundo, nos ponía en relación la parábola del hijo pródigo con el fenómeno de sentirse pecador. Es un camino para el diálogo íntimo con Dios el sentirse pecador y entrar en su presencia desde la experiencia de la indigencia humana. En el tercer modo, donde santo Domingo se disciplina, nos ha hablado sobre las disciplinas de todos los días: estudiar, amar al hermano,...todo el que se considere discípulo en cualquier ámbito de la vida, debe imponerse una disciplinas para progresar en dicho camino. En el cuarto, Domingo se inclina ante la cruz, y por esto, la dinámica del cristiano es descender para ascender. Es necesario que decrezcamos para que Dios vaya creciendo en nuestro corazón. Quinto, en pie ante la cruz, las manos se abren a la Eternidad que comienza en nosotros mismos, y que nos empuja hacia la inmensidad de Dios. Sexto, con los brazos en cruz, Domingo está con Cristo en la cruz. Séptimo, mirando al Cielo, porque es en el Cielo donde está el centro de Dios, donde está, para Domingo, el origen de toda su experiencia. De ahí nace el carisma de la predicación dominicana, estar con él para hablar de Él. Octavo, en la lectura Domingo también encuentra a Dios, por eso es camino para el diálogo interior; el amor por los libros, el enfrascarse en la contemplación y amor por la Verdad, de la que todos los libros, todos los tratados, son un intento para llegar hasta Él. Y, finalmente, el noveno modo, que es ponerse en camino. En una sociedad que no sabe ser humana, Domingo y todo dominico se pone en camino para enseñar y compartir el camino de la humanización, es decir, de la dinización del hombre.

La exposición acabó con una ronda de preguntas y comentarios, donde se puso en evidencia lo poco que se había profundizado, en la historia de la espiritualidad cristiana, la relación entre la posición corporal y la oración. Por esto, es un tema de perenne actualidad ver en los modos de orar una guía para nuestra oración personal con Dios
 

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