La Facultad de Teología de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado su acto de apertura de curso en la sede de Trinitarios, con la participación del dominico Javier Carballo, vicecanciller de la Universidad y prior provincial de la Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores.

Junto a él estuvo también fray Jesús Díaz Sariego OP, antiguo prior provincial, incorporado de nuevo al claustro de la Facultad, así como fray Vicente Botella Cubells OP, vicedecano de la Facultad; varios profesores y alumnos dominicos, y el secretario de la misma, Leopoldo Quílez. El acto reunió además a miembros del Consejo de Gobierno de la Universidad y a la comunidad universitaria, incluidos profesores, alumnos y personal de administración y servicios.

La jornada comenzó con la eucaristía presidida en la capilla de Trinitarios por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, gran canciller de la UCV. Posteriormente se celebró el acto académico, en el que intervinieron las autoridades académicas y eclesiales.

El rector de la UCV, José Manuel Pagán, recordó la llamada de san Juan Pablo II en la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae a mantener una “fidelidad creativa” en la misión de las universidades católicas, y subrayó la necesidad de afrontar los retos actuales –entre ellos la inteligencia artificial– desde la raíz del Evangelio y en diálogo con la cultura contemporánea.

Por su parte, el decano de la Facultad de Teología, Santiago Pons, señaló como desafío principal para este curso el aprendizaje compartido sobre el uso de la inteligencia artificial en la educación universitaria. Destacó que esta tecnología puede ser una herramienta valiosa siempre que no sustituya las competencias humanas de comprensión, reflexión y discernimiento.

El acto concluyó con la lección inaugural a cargo del profesor Jesús Girón, director del Departamento de Sagrada Escritura, quien reflexionó sobre la festividad judía de Sucot o de las Tiendas, poniéndola en relación con el relato evangélico de la curación del ciego de nacimiento, como trasfondo litúrgico que ilumina la fe y la misión.