Edificios horadados en la roca, mimetizados en el paisaje, caminos y necrópolis: este es el origen de lo que podemos contemplar en el espacio O_LUMEN. Julián Valle continúa explorando, a través de su trabajo, unos determinados lugares relacionados con el hábitat y el eremitismo rupestre altomedieval.

Todos estos trabajos van más allá del paisaje como “tema”. Son más una intensa experiencia espiritual de conocimiento del mundo. Sus antecedentes, además de los pintores paisajistas del s. XIX, son otros excelentes artistas no tan conocidos que participaron, en el pasado, en las expediciones científicas.

Comparte con estos últimos ese aspecto descriptivo –no narrativo- de sus acuarelas, como páginas de un “cuaderno de viaje”. Se complementan con otros objetos a modo de materiales etnográficos o arqueológicos. Su origen son lugares que el artista visita desde hace años a la búsqueda de esa medular presencia en la ausencia que parecen registrar sus piezas. Y así componer una obra muy personal en la que, como en la música, son fundamentales los silencios.

Su actitud también nos podría recordar la del pintor viajero de la pintura paisajista china que, de vuelta en el estudio, busca alumbrar sus obras con las esencias de su viaje. Como un pensar el paisaje. Es este un pensar, nos dice Josep Mª Esquirol, que es más “un ahondar” que “un avanzar”. Remontar así «más allá de la presencia y la representación». Entremos más adentro en la espesura del bosque y sus claros, hacia donde mana –como en el poema de Aníbal Núñez- el agua más alta…y pura.

www.julianvalle.com

@julian.valle.sanz

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