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Misión cumplida y doble fidelidad

12 de octubre de 2016

            Cincuenta y cinco años pueden parecer un espacio temporal muy corto en una historia de ocho siglos. Sin embargo, si nos fijamos en la calidad de vida y de entrega, significan una etapa importante de respuesta a la vocación dominicana.

            Cincuenta y cinco han sido los años de existencia de la casa de San José en Madrid. Una comunidad que ha cumplido con creces una doble finalidad:  al encargo de ser lugar de acogida y encuentro de los frailes de la antigua Provincia Bética y al servicio a la diócesis en la parroquia de Santa Catalina de Siena en la Colonia del Retiro.

            Todo comenzó en 1960 cuando el Consejo de la Provincia de Andalucía decidió fundar en la capital una casa para recibir a los hermanos de los vicariatos y casas de América y África en su paso por España y para aquellos que tenían que realizar gestiones o cursos en Madrid. El 19 de agosto de 1961 se erigía la Casa de San José.

            Posteriormente, el 2 de julio de 1966, la Provincia asume el encargo del entonces Arzobispo de Madrid, D. Casimiro Morcillo, de la nueva parroquia de Santa Catalina de Siena.

            La Comunidad y el templo parroquial han conocido diversas, aunque próximas, localizaciones, hasta que se pudo inaugurar la nueva casa en 1989 y, el 29 de abril de 1992, con la presencia del Cardenal D. Ángel Suquía, la nueva iglesia de moderna arquitectura, espacio litúrgico especialmente apropiado y vidrieras del artista dominico Fr. Juan Bernardo García Rodríguez.

            Los diversos miembros que han pasado por esta Comunidad han sabido ejercer y transmitir un estilo de acogida cálida y servicio tanto as los frailes de paso, como en el ministerio parroquial. Especial incidencia ha tenido la relación y el acompañamiento de las Comunidades Neocatecumenales. No es posible aquí hacer un elenco de nombres, pero sí de dejar constancia de su memoria y su trabajo. Por poner un ejemplo, la labor de Fr. Álvaro Huerga, con la colaboración de diversos hermanos de la Comunidad, en la edición de las obras completas, en cincuenta y dos volúmenes, de Fr. Luis de Granada.

            La Provincia de Andalucía, preparando el camino de la nueva Provincia de Hispania decidió ofrecer el edificio comunitario para sede de los diferentes secretariados y oficinas de: Comunicación, Acción Verapaz, Familia Dominicana, DOMUNI, Selvas Amazónicas, Edibesa, PJV, etc. Los hermanos destinados en San José tuvieron que hacer generosamente el traslado, a pesar de las incomodidades lógicas de éste.

            La elevada edad o un estado de salud precario en los frailes obligaban a plantear su reemplazo. En estas circunstancias, el Consejo de Provincia se vio en la necesidad de pedir a la diócesis que asumiera la parroquia, lo que conllevaba la extinción canónica de la Casa.

            El 12 de octubre de 2016, con la presencia del P. Provincial Fr. Jesús Díaz Sariego y la Comunidad, tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión de nuevo párroco secular. En ella, el Vicario, en nombre del Sr. Arzobispo, agradeció a los dominicos el modo de haber ejercido esta misión y el estilo al dejarlo en las mejores condiciones materiales y, sobre todo, espirituales. La emoción de los numerosos feligreses asistentes, que desbordaban la capacidad del templo, daba prueba del cariño sembrado y recogido por nuestros hermanos y su generosidad en este, inevitablemente duro, momento.

            La Provincia de Hispania se va tejiendo también en estos acontecimientos de duelo. Es un duelo dejar una presencia. Pero también es un proceso pascual para poder atender a otras urgencias emergentes de la Predicación.

            La Casa de San José y la Parroquia de Santa Catalina de Siena en su etapa dominicana dejan buen sabor y mejor ejemplo de la predicación del Evangelio en sencillez y fidelidad a la Orden y a la Iglesia.

            Por último, en nombre de la Provincia, quiero reiterar un agradecimiento especial a los frailes que han formado parte de la comunidad estos últimos años: fr. Alberto Carmona Carracedo; fr. Álvaro Huerga Teruelo; fr. Pedro Riesco Pontejo; Fr. Pedro Cáceres Díaz; y, fr. Fernando Román Díaz.          

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