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Los cristianos no podemos callar, debemos seguir hablando del misterio de Dios

8 de octubre de 2016 Congreso In Ex

En un tiempo en el que parece que Dios no importa, que no interesa para la mayor parte de la sociedad, un grupo de hombres y mujeres de fe se han reunido en León para demostrar que Dios sigue siendo fuente de sentido para muchas personas, que sigue siendo posible la relación con Él, y que no guarda silencio, sino que habla a través de la justicia, la belleza, el conocimiento…

Sucedió el pasado fin de semana en la Virgen del Camino, en León, en el Congreso In-Ex “El Dios que viene”, organizado por la Orden de Predicadores con motivo de su 8º centenario, y en el que se dieron cita cien personas de las distintas ramas de Familia Dominicana. Fr. Manuel Santos y Gonzalo Blanco, con la ayuda de fr. Javier Carballo, fueron los encargados de organizar y coordinar el Congreso.

La música fue la encargada de abrir el Congreso, con la interpretación de la Sonata de la Anunciación de Biber y otras piezas de la mano de Juan Francisco Vicente, al órgano, y del dominico Jaime Calderón al violín, con el retablo de la Basílica de la Virgen del Camino de fondo.

La primera intervención de fr. José María Prada tenía una función “deconstructiva”, repasando las imágenes de Dios en tiempos pasados que deberían ser revisadas, como son la imagen de la omnipotencia, de la expiación y de la gracia, en ocasiones distorsionadas y oscurecidas en la manera que fueron presentadas en el pasado. Imágenes que responden a la “infancia de la fe” pero que pueden ser contraproducentes para llegar a una fe madura: “No se trata de desvestir las viejas imágenes, no se trata de poner en duda el contenido del Evangelio, sino cuestionar la idoneidad de los continentes usados hasta el momentos, buscando formas más actuales que nos provee nuestra cultura contemporánea”.

El profesor Pedro Rodríguez-Panizo habló de la posibilidad de la relación con Dios insistiendo en la necesidad de superar una visión reduccionista de la razón: "La razón tiene que encontrar el logos interno de cada fenómeno -también del fenómeno religioso, que tiene entidad propia- pero no imponer a un fenómeno la lógica propia de otro, como pretende el cientifismo". En opinión del profesor Panizo: “La religión (la relación) es posible pero no tiene que ver con cientificismo, con magia, con querer controlar, sino que es un invocar, un estar ante esa presencia originante, un trans-ascender hacia el Dios Trino en el horizonte de la salvación”.

El teólogo Gonzalo González, alertó acerca del riesgo de las idolatrías, de las falsas imágenes de Dios: “Las idolatrías modernas se presentan de manera sutil, no parecen suplantar al Dios auténtico, pero si lo oscurecen, lo imposibilitan. Incluso algunos se presentan como compatibles”. Un mal, el de la idolatría, que no debería existir en el cristianismo, pues Cristo denunció la imposibilidad de adorar a otros dioses. Y sin embargo se mantienen con fuerza las idolatrías de la verdad, el dinero y el narcisismo que llevan a cosificar lo sagrado. El considerarnos propietarios de la verdad en su totalidad, el deseo de la riqueza por encima de cualquier otra cosa, el hedonismo y pensar en uno mismo nos hacen distanciarnos de Dios y aislarnos de nuestros contemporáneos. Gonzalo finalizó su intervención reconociendo que “acabar con los ídolos no significa destruirlos, sino no crearlos”.

En la tarde, cinco ponentes presentaron, de manera breve, las huellas de Dios en la tradición dominicana: el conocimiento de Dios en Santo Tomás de Aquino, por Moisés Pérez; el todo y la nada de Dios en el Maestro Eckhart, por Inés Fuente; el deseo de Dios en Santa Catalina de Siena, por María Ferrández; La belleza de Dios en fra Angélico, por Iván Calvo y la justicia de Dios en Bartolomé de las Casas, por Alfonso Esponera.

La tarde del sábado finalizó con la representación de la obra “El misterio del Cristo de los Gascones”, de la mano de Nao d`Amores, en un marco incomparable como es la Catedral de León, a la que asistieron quinientas personas. La obra quiso ser un regalo, con motivo del Octavo centenario, de la Orden de Predicadores a la ciudad de León. El Prior Provincial fr. Jesús Díaz en la presentación, confirmó el compromiso de los dominicos por buscar nuevos caminos para hablar de Dios, siendo fieles a nuestra tradición que ha recurrido a la cultura para tal fin, incluyendo el teatro para lo que expuso varios ejemplos. El Obispo D. Julián López agradeció a la Orden la presencia de los dominicos en la ciudad de León durante siglos en pleno centro de la ciudad y en la Virgen del Camino desde hace unos años. El teatro sacro sobrecogió por su belleza, por esa combinación de música, canto, danza, poesía, ceremonia, liturgia haciendo un repaso a la vida, pasión y resurrección de Jesucristo.

Fr. Felicísimo Martínez cerró el Congreso con una intervención sobre “El silencio de Dios y la palabra del predicador”. Reivindicó la importancia del silencio en la vida del creyente: “Se necesita oído para los asuntos de Dios, hay que tener oído para la fe, requiere de interioridad y ese en un desafío enorme para la Iglesia y para la Orden hoy”. Se adentró también en la cuestión del silencio de Dios ante el sufrimiento, para lo cual distinguió entre los distintos tipos de silencio: los que indican indiferencia, sí, pero también hay silencios que son muy elocuentes o que anuncian presencias muy intensas: “Silencio puede ser también paciencia con nosotros, acompañamiento respetuoso, escucha atenta… ¿no puede ser así el silencio de Dios?”.

La última parte la dedicó al silencio en la predicación reconociendo que, por un lado, es necesario en nuestro tiempo: “los predicadores a veces deberíamos callar aunque solo fuera como ejercicio terapéutico para evitar discurso vacío o para animar al silencio”. Pero por otro lado, el silencio no puede ser absoluto, los predicadores tienen que seguir hablando sobre el misterio de Dios: “Si desaparece todo lenguaje sobre Dios para los efectos es como si Dios no existiera, el silencio se convertiría en un vacío absoluto, en una terrible ausencia de Dios”. Finalizó su intervención haciendo referencia al silencio de los místicos, poniendo como ejemplo a Santo Tomás, el que llega al final de una vida dedicada a buscar a Dios.

El Congreso finalizó con la Eucaristía en la Basílica, presidida por el Prior Provincial fr. Jesús Díaz Sariego, en cuya homilía inteligencia de la fe: “la fe es inteligente, porque tiene un modo concreto de comprender la realidad, y de comprendernos a nosotros mismos”.

Los vídeos de todas las intervenciones estarán disponibles en las próximas semanas en el canal de YouTube: Dominicos

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