Fr. Pedro nació en La Alberca (Salamanca) el 13 de agosto 1934. Sus padres fueron José y Vicenta, y él fue el hijo mayor de 8 hermanos. Estudió en el seminario de los dominicos en Villava (Navarra), donde ya empezó a destacar por su inclinación a la música y el piano. Hizo el noviciado en Palencia y en 1953 profesó como fraile. Realizó los estudios de filosofía en las Caldas de Besaya (Cantabria) y de teología en San Esteban de Salamanca. Fue ordenado sacerdote en Salamanca el 19 de diciembre de 1959.

Su primer destino, de 1961 a 1966, fue el convento de Nuestra Señora de Atocha en Madrid, donde fue director de la catequesis y donde ya comenzó su labor pastoral en el colegio Sagrado Corazón de las Madres Salesianas. En estos años simultaneó su trabajo pastoral con los estudios en el conservatorio y comenzó a ejercer como organista. Luego pasó a La Virgen del Camino en León, donde ejerció como profesor en el seminario dominicano y como organista del santuario. En 1978 regresa a Madrid, esta vez ya al convento del Cristo del Olivar, donde ha permanecido durante 38 años y ha ejercido funciones de subprior, administrador, vicario parroquial, fundador y director del club “nuestros mayores” y, por supuesto, organista y director de coro. Durante estos años se mantuvo fiel al trabajo pastoral en el colegio de la Salesianas y a la formación y animación del coro del colegio, que hoy cantan en esta Eucaristía de Acción de Gracias por la vida y la predicación de fr. Pedro e interpretan algunos de los cantos que él mismo compuso, como el canto de entrada que hemos escuchado.

En estos últimos años fue apareciendo el deterioro de salud que acompaña al envejecimiento, pero se ha ido repentinamente sin querer dar trabajos a nadie. Había regresado de un viaje que cada año programaba con ilusión con los amigos del colegio en el que había disfrutado y compartido. De carácter tímido e introvertido, ha sido un dominico fiel a su trabajo cotidiano y a sus compromisos, querido y valorado por quienes más le han tratado y conocido. La música al órgano, la composición y la dirección del coro han sido para fr. Pedro la forma habitual de expresar su fe y un modo de predicación.

Falleció el día 15 de junio de 2016, de un paro cardíaco en el comedor del convento, en el lugar de la fraternidad compartida de la comunidad. En este año de Jubileo de los 800 años de la familia dominicana, pedimos al Señor que le conceda el lugar preparado para él en su Reino, y conociendo al P. Pedro sabemos que buscará un lugar discreto, pero que desde el Padre también siga animando y sosteniendo con su música el canto de la vida de sus familiares, amigos y frailes. Descanse en paz.