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Dios me atrae a su misterio, pero en la noche

25 de febrero de 2015 Fray Bernardo Fueyo

En el convento de san Esteban, se ha celebrado el acto de conmemoración del 87 aniversario de la muerte del místico dominico, P. Juan González-Arintero, con la ponencia del P. Bernardo Fueyo, “Marie de la Trinité, OP. Una experiencia mística entre la plenitud y el vacío”. En ella quiso presentar a la mística dominica francesa, muy poco conocida ya que sus obras más importantes están en proceso de estudio y edición. Es conocida por la relación profesional que mantuvo con psiquiatra y psicoanalista Jacques Lacan y el descubrimiento sus textos por el conocido teólogo Hans Urs von Balthasar.

Nos presentó un perfil de su experiencia mística y también de su peripecia vital, ambas íntimamente relacionadas con sus escritos. En ellos se trasmite una profunda experiencia religiosa, analizada por numerosos teólogos de diferentes escuelas y espiritualidades. Su itinerario místico es inverso a los más conocidos, no experimenta una evolución espiritual en grados de crecimiento hacia la unión con Dios, tiene una experiencia mística muy profunda corta, de tan sólo cuatro años. Después se cortó, quedando hundida en la más profunda experiencia de la nada, con un gran sufrimiento que le impide, incluso, seguir rezando. A partir de aquí, será tratada por una serie de psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas, analizando la relación entre la experiencia mística y la salud psicológica, entre ellos con Jacques Lacan. De esta lucha profunda en la nada saldrá ella misma y durará unos siete años. Después de quedar curada, no conocerá una experiencia similar y tendrá que construir una experiencia religiosa y de oración. En ella se reproducirá la experiencia cultural y de pensamiento del siglo XX, con sus tormentos íntimos, le acompañará la experiencia de la nada. Dirá que Dios me atrae a su misterio, pero en la noche.

En un segundo momento, el P. Bernardo Fueyo, analizó las etapas más significativas de su vida, subrayando cuatro momentos. Un primero, hasta su ingreso en Misionaras Dominicas Rurales que sucederá en 1930. En esta está marcada por que la familia esperaba un varón y le mantienen el nombre del hijo, así como la personalidad de la madre dominante, que ejercerá un fuerte control sobre ella. Con la lectura de santa Teresa y san Juan de la Cruz quiere ser misionare y entrar en el Carmelo, pero el voto de obediencia a su director espiritual, el dominico Jean-Marie Périer, la orienta hacia las Misioneras Dominicas Rurales, contra su voluntad. Pero aceptó esa decisión y participará activamente en la comunidad.

Una segunda etapa, en ella realizará profesión perpetua en 1933 y se la nombrará asistente general y maestra de novicias. En plena Segunda Guerra Mundial, tendrá sus experiencias y el P. Antonio Motte, su nuevo director espiritual, le anima a escribir sus experiencias que sólo ambos conocían, así realiza sus cuadernos o “Carnets”. Es un lenguaje rudo, pero escribe los efectos de sus experiencias místicas: La iluminación orientada a los misterios de Dios, las experiencias en los misterios, las palabras de Dios y las trasformaciones morales. Ella nunca tuvo duda de que era una realidad espiritual y mística, que podía tener en cualquier lugar y momento en la oración sin que nadie notara nada. El profeta se siente obligado a proclamar la palabra, en el místico la palabra se acaba en sí mismo. Pero en diciembre de 1946 deja de escribir. Según sus palabras: Lo que actualmente domina es una llamada a adherirme al Señor en una adhesión que, en cuanto me entrego a ella, me transporta al centro del misterio. Sí, eso es lo que experimento, que Dios me atrae a su misterio, pero en la noche, en la no-experiencia….

Un tercer momento, “la prueba de Job”, hasta el año 59, casi diez años de sufrimiento, de consultas médicas, curas, psicoterapias, pasando por unos 20 especialistas. A la vez tendrá una intensa actividad de estudio y de colaboración puntual con la Congregación y la madre General. Parece que Jacques Lacan fue el único que la entendió, su problema era de debilidad personal, de sumisión y obediencia, recomendándola la oración. Jacques Lacan se quedará con el cuaderno 20 y curiosamente en uno de sus escritos hablará de la experiencia mística. Al final de este periodo quedará totalmente curada, saldrá ella misma de la crisis.

La última etapa, ya curada, estudiará psicología y trabajará en los archivos de la Congregación, a la vez que se convierte en la enfermera de la General. Se queda sola, en una casa aneja organizando los archivos y también sus propios escritos. Es el momento que recupera su feminidad y su relación con su cuerpo, que nunca fue un estorbo para la unión con Dios. Muere de cáncer, en noviembre de 1980. En uno de sus cuadernos afirmará: En la medida que puedo comprenderla, la vía espiritual que el Señor me ha trazado se me presenta cada vez más precisa, y es evidente que yo no la he inventado… Me parece claramente que no es una vía de meditación, ni de oración, ni de contemplación, sino de unión silenciosa, en el olvido de mi misma y de todo….

El P. Bernardo Fueyo concluyó que los místicos están en la Iglesia, para que teólogos, religiosos y fieles creamos en el milagro. El mundo no está tan cerrado, hay aperturas hacia la transcendencia.

Vídeo de la intervención

 

Bernardo Fueyo Suárez, nació en Piñera (Campomanes, Asturias), pertenece a la Orden dominica desde al año 1962, que realizó su profesión solemne. Estudió en Salamanca (Facultad de Teología San Esteban), Roma (Universidad Sto. Tomás-Angelicum) y Madrid (Complutense). Ejerció durante años como psicólogo profesional. A partir de 1976, fue profesor en el Instituto Superior de Filosofía, en la Escuela Superior de Ciencias de la Familia (de la que fue director 6 años) y en la Escuela de Trabajo Social, de Valladolid. De 1988 a 2007 fue además director de Editorial San Esteban (Salamanca) y, durante dos mandatos, Presidente del Gremio de Editores de Castilla y León. Desde 1998 hasta la jubilación, dio cursos en la Facultad de Teología San Esteban (Salamanca) sobre Psicología de la religión y cambios del mundo religioso en la (pos)modernidad. En la actualidad dirige la Biblioteca Histórica (obras anteriores a 1800) de San Esteban, de Salamanca.

Sus intereses se han centrado en dos vertientes: por una parte, las trasformaciones de la religión y los retos de la cultura; y, por otra, la relectura de aspectos de la tradición dominicana en función de la situación actual. Sobre ambos campos ha publicado una treintena de estudios en varias revistas: Aula Abierta, Educadores, Teología Espiritual, Letras de Deusto, Ciencia Tomista, Familia, Vida Sobrenatural, Estudios Filosóficos y Archivo Dominicano. Entre sus obras debemos destacar: Jóvenes españoles (1989). La dimensión religiosa (Salamanca, 1990), Los Modos de orar de Santo Domingo (2001), En casa, fuera de casa, en el camino… (2006), Liturgia y culto en San Esteban de Salamanca (2012) y El Breviario portátil de Santo Domingo el Real de Toledo (s. XIV) (2014).

Juan Antonio Mateos Pérez

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