Fray Gonzalo Saiz Zárate nació en Casalarreina (La Rioja) el 5 de febrero de 1930, hijo de Aurora y de Gonzalo. Era el menor de los tres hijos de este matrimonio.

En 1952, a la edad de 22 años, ingresa en el noviciado de los Dominicos, en el convento de San Valentín de Berrio Ochoa en Villava (Pamplona). Realiza su profesión en la Orden al año siguiente. En el convento de Villava permanece durante un año, realizando los servicios de fontanero y enfermero.

En 1954 es asignado al convento de san Juan Bautista, en Cangas de Narcea, Asturias, como fontanero. En 1955 vuelve a ser trasladado el convento de Villava donde permanece hasta 1962, realizando las labores de encargado de la formación dominicana y profesional de los otros hermanos cooperadores.

En 1962 fue destinado al convento de La Virgen del Camino en León. Tras permanecer un año en este lugar es asignado al convento del Santo Cristo del Olivar en Madrid. Aquí realizara los oficios de encargado de la portería y sacristán. En 1978 es trasladado al Colegio Mayor Aquinas, también en Madrid, donde realizará el servicio de enfermero.

En 1978 viene al convento de san Esteban de Salamanca, donde permanece asignado hasta su fallecimiento. Aquí realiza las funciones de sacristán, auxiliar de biblioteca y encargado de la portería. Como buen riojano entendía de vinos y por eso Fray Gonzalo cuidaba de las parras de la huerta y se encargaba de la producción de algunos litros de vino. En 2013 es llevado a la enfermería provincial de Villava donde fallecerá el 7 de mayo de 2016.

Fray Gonzalo fue un buen religioso, observante, servicial y de fácil trato. Allí donde estuvo trabajó con entrega en las tareas encomendadas. Dotado de cualidades artísticas colaboró en el embellecimiento y la mejora de los conventos en los que residió. Sociable y amable es recordado por muchos fieles de Madrid y Salamanca con quienes se relacionó en su condición de sacristán. Persona profundamente religiosa, era devoto de la Virgen. Con frecuencia le veíamos rezando el Rosario por la huerta del convento junto con algún otro hermano y cuidaba con cariño de la imagen de la Virgen de Lourdes del jardín.

Cuando le visitábamos en la enfermería de Villava siempre nos decía que rezaba por la comunidad de san Esteban y se acordaba de los fieles que venían a la Iglesia.

Su funeral se celebró en la Iglesia parroquial de Casalarreina, y sus restos descansan en el panteón familiar, en esta localidad. Su funeral fue presidido por el socio del Prior Provincial, Fr. Francisco Rodríguez Fassio. Damos gracias a Dios por la vida de este hermano nuestro y pedimos a Dios que acoja su vida. Descanse en paz.