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Fallece fr. Segundo Pizarro

21 de septiembre de 2016 Segundo Pizarro

Nació en Cáceres el 11 de diciembre de 1940. Allí inició sus primeros pasos en la vida e hizo los estudios primarios. Los cinco años del bachillerato, ya como aspirante a dominico, dos de ellos los cursó en Villava (Navarra) y  tres en Bergara (Guipúzcoa).

Hizo su noviciado en Caleruega (Burgos) entre 1958 y 1959. Profesó el 1 de octubre de 1959, pasando los tres años siguientes (1959-1962) en Las Caldas de Besaya (Cantabria), donde hizo sus estudios de Filosofía. El 1 de octubre de 1962 hizo la profesión solemne. Desde 1962 a 1967 cursó Teología en la Facultad de San Esteban de Salamanca,  hasta el grado de licenciatura. El 3 de abril de 1966 fue ordenado presbítero.

Su primer destino fue República Dominicana, en la que estuvo durante dos etapas de su vida. La primera entre 1967 y 1979 y la segunda entre 1988 y 1992. El trabajo desarrollado en ambas etapas, tanto en Santo Domingo, la capital, como en Santiago de los Caballeros, fue el trabajo parroquial, ejerciendo como párroco o coadjutor.

Entre 1979 y 1980 estuvo en La Felguera (Asturias), ejerciendo de profesor en el colegio  de los dominicos. Desde allí pasó a la casa San Juan Macías, de Ginebra, al considerar que sus capacidades e intereses encajaban mejor en aquella comunidad, cuya misión era la atención a los emigrantes de habla hispana, españoles y latinoamericanos, donde estuvo hasta 1988.

Desde 1992, finalizada su segunda etapa de Rep. Dominicana, regresa a la misma casa y misión de Suiza, pero ahora trasladada a otra ciudad, Lausanne, donde permaneció hasta 2006, año en que se incorporó a la comunidad de san Alberto Magno, de Vallecas. De esta última etapa, al haberla compartido, podemos afirmar que vivió y se sintió a gusto en la comunidad, en el barrio y con su gente, y en la comunidad parroquial.

Pasando a destacar algunos rasgos de su modo de ser y de actuar me atrevería a señalar aquellos que podrían ser un  referente para todos nosotros:

  • Segundo fue una persona amante de la vida, sabiendo disfrutar de las satisfacciones que ella nos puede proporcionar: la relación, el trato y la amistad, que él siempre cultivó.
  • Fue responsable en el cumplimiento de los compromisos que asumía, ya fuese la preparación de las celebraciones, las reuniones de los Grupos Comunidad, del Grupo parroquial de Acción Verapaz, del Grupo de Catequistas, del Grupo de Biblia, la colaboración en Acción Social, la limpieza de los locales parroquiales, trabajos domésticos dentro de la comunidad. Así como también en los compromisos de carácter institucional dentro de la Familia Dominicana: superior en diversas casas,  miembro de la Junta Directiva de Acción Verapaz, Vocal del Secretariado de Misiones.
  • Sensible e interesado por lo que pasaba en su entorno, cercano o lejano, expresado a través de una actitud de servicio siempre desde la discreción y  no el  afán de protagonismo, tal como se expresó en la homilía dialogada del pasado domingo, y a través de la solidaridad.
  • Otro rasgo, que no debiera faltar en ningún dominico, era el interés por la formación. No sólo cultivando la lectura, sino también asistiendo a cursos y conferencias. Se apuntaba siempre entre los primeros a todas las actividades formativas de Acción Verapaz.

Concluimos, fue fiel hasta el final a su vocación. Por eso. Segundo, damos gracias a Dios por tu vida y simplemente te decimos ¡Descansa en Paz!

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