Preocupados por la formación
11 de enero de 2016 / Descargar en PDF
La Eucaristía con Laudes ha sido presidida por fr. Manuel Uña Fernández, prior del convento San Juan de Letrán (Cuba). En su homilía ha recordado que nuestra tarea es anunciar la Palabra, porque hemos sido seducidos por ella. Ha recordado unas palabras de san Agustín: “el hombre sin Dios no puede; pero Dios sin el hombre no obra”. Ha finalizado contando una anécdota que le sucedió siendo joven, en un pueblecito de Almería, acompañando a un señor importante. Al salir del pueblo, él le preguntó a un muchacho: "Joven, este camino ¿a dónde va?". Y el chico le respondió: "este camino no va ni viene: está quieto". El camino nos lo dice el Evangelio, nos lo recuerdan las actas. Pero hay que recorrerlo... Y Jesús es nuestro alimento para recorrerlo.
Tras el desayuno los capitulares han vuelto a reunirse en asamblea plenaria, en la que se han seguido discutiendo los textos propuestos por las diferentes comisiones. El primero de ellos ha sido el de la comisión encargada de reflexionar sobre la pastoral juvenil, la promoción vocacional y la formación inicial. Son tres asuntos diferentes, pero íntimamente relacionados entre sí, que han suscitado un gran interés por parte de la asamblea. La atención pastoral y vocacional a los jóvenes preocupa, y el capítulo ha manifestado que se trata de una de las cuestiones más relevantes a las que debe enfrentarse la nueva provincia. También interesa, y mucho, la formación inicial de los frailes. Los padres capitulares, y también el invitado representante de los estudiantes, fr. Sebastián Vera, han estado debatiendo largamente sobre las características actuales del proceso de formación, y sobre las posibilidades de futuro que se presentan en el mismo. Con afán de seguir fomentando lo que se hace bien, y de mejorar aquello que se estime oportuno, los capitulares han colocado la reflexión sobre el proceso integral de formación como una de las necesidades más urgentes de la nueva Provincia.
El segundo de los documentos discutidos ha sido el de los asuntos económicos. Sin lugar a dudas se trata de una cuestión sumamente relevante, pues en las provincias ya extintas existían prácticas económicas diferentes. Hispania tiene que trabajar hacia una convergencia de criterios y métodos en cuestión económica, pues eso redundará en beneficio de nuestra misión. Nuestro voto de pobreza nos exige ser especialmente conscientes y cuidadosos con los aspectos económicos, pues como dice nuestro Proyecto de Vida y Misión, “el desconocimiento de las realidades económicas y el desentendernos de ellas puede llevarnos a situaciones no evangélicas” (n. 50, 5).
Hemos de recordar que los documentos discutidos y aprobados en estas sesiones no son aún los que aparecerán en las actas del capítulo. Se trata –no más, pero tampoco menos– de las propuestas que el capítulo hace al definitorio. Este, como su nombre indica, tendrá que definir o tomar decisiones más concretas sobre los asuntos que el capítulo le ha presentado o le ha pedido que resuelva. Esto, sin embargo, no significa que estos documentos no sean relevantes: orientan el trabajo del definitorio y le plantean los problemas que estima más acuciante resolver en el gobierno de la provincia. Las discusiones sobre estos documentos son, entonces, un buen termómetro para conocer la situación de algunos aspectos clave de la Provincia. Ese termómetro está unas veces a punto de ebullición, y otras más bien congelado. Se trata, en cualquier caso, de temperaturas que es necesario medir, si es que queremos enfrentaros al futuro de la Provincia con realismo.
Como todos los días, hemos concluido la jornada con las Vísperas, presididas por fr. Jesús Mª Galdeano. Ha recordado la reflexión que hizo el Socio del Maestro sobre la expropiación de lo nuestro para acoger lo de los otros, y ahora que estamos terminando el Capítulo tenemos que apropiarnos de lo dicho en el Capítulo, la historia de nuestras antiguas Provincias y el carisma dominicano.